PACHUCA DE SOTO, 24 SEP/NEWS HIDALGO/.- El embarazo en la adolescencia es un fenómeno de origen multifactorial que amplía las brechas sociales y de género entre la población, alterando el proyecto de vida y con ello el entorno familiar y social en el que se desenvuelve la persona.
La pobreza, así como algunas prácticas culturales, religiosas, el matrimonio forzado a temprana edad, la inequidad de género, la deserción escolar, entre otros, son aspectos determinantes que pueden influir en una mayor probabilidad de riesgo de que las mujeres adolescentes puedan tener una maternidad precoz.
En ese sentido, el Gobierno de Hidalgo se suma al llamado que hace el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva del Gobierno de México, para llevar a cabo acciones a nivel nacional en el marco del Día Nacional para la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes que se celebra cada 26 de septiembre.
Su misión es favorecer el esfuerzo conjunto entre varios sectores por concientizar a población adolescente, prestadores de servicios, padres de familia y sociedad en general sobre las implicaciones de un embarazo no planeado en esta edad.
Por ello, dando seguimiento al plan de trabajo 2021, el Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, coordina e implementa acciones de difusión de información, transmitiendo a adolescentes y jóvenes de la entidad los mensajes sobre el cuidado de su salud sexual y reproductiva con el fin de que fortalezcan su proyecto de vida y prevengan un embarazo no planeado o infecciones de transmisión sexual.
Con la instrumentación de la Estrategia Hidalguense para la Prevención del Embarazo en Adolescentes se ha contribuido a la reducción en 22 puntos la tasa específica de fecundidad; es decir; de 72 a 50 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años durante los últimos 5 años. Actualmente hay un total de 540 mil adolescentes de 10 a 19 años de edad, los cuales representan el 18.5% del total de la población en el estado de Hidalgo.
Entre los objetivos específicos que se plantean en dicha estrategia están: promover el desarrollo humano y las oportunidades de las y los adolescentes, crear un entorno que favorezca decisiones libres y acertadas sobre su proyecto de vida y el ejercicio de su sexualidad, incrementar la oferta y la calidad de la información y los servicios de salud sexual y reproductiva, así como una educación integral en sexualidad en todos los niveles educativos.
