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Juan José Calero y el peso del apellido: así fue el legado de Miguel Calero

PACHUCA DE SOTO, 30 DIC/Hidalgo Sport/.- Desde muy joven, Juan José Calero entendió que su camino en el futbol estaría inevitablemente ligado a un apellido que pesa en la historia del balompié mexicano. Hijo del legendario Miguel Calero, el hoy delantero habló recientemente sobre lo que significó crecer, debutar y desarrollarse como profesional bajo la sombra de una figura que marcó época con Pachuca.

El atacante recordó que su debut llegó cuando apenas tenía 17 años y que, más allá de la presión externa, el mayor reto fue el que él mismo se impuso. Reconoció que las expectativas siempre estuvieron presentes por tratarse del apellido Calero, pero explicó que durante sus primeros pasos fue él quien cargó con una exigencia personal muy alta al intentar responder a lo que la gente esperaba de él. En entrevista para Fox Sports, señaló que desde los 16 o 17 años sintió esa presión constante, aunque con el tiempo entendió que era más interna que provocada por el entorno.

En ese proceso de maduración, Juan José confesó que durante una etapa de su carrera su principal objetivo era acercarse, al menos un poco, a lo que había logrado su padre como portero histórico de los Tuzos. Sin embargo, esa visión fue transformándose conforme ganó experiencia y perspectiva. Con el paso de los años comprendió que la trayectoria de Miguel Calero era única y que intentar replicarla no debía ser una carga, sino una referencia. Aprendió a ver el apellido no como un obstáculo, sino como una bendición acompañada de responsabilidad dentro del futbol.

Actualmente, el presente deportivo del delantero atraviesa uno de sus mejores momentos. Tras un torneo destacado con Venados, en el que anotó 15 goles en 14 partidos y se consagró campeón goleador de la Liga de Expansión, su rendimiento le abrió nuevamente las puertas del Pachuca de cara al Clausura 2026. Ese desempeño representa no solo un crecimiento futbolístico, sino también una confirmación de que ha logrado construir su propio camino.

Más allá de los números, Calero también compartió recuerdos íntimos que reflejan la relación con su padre y la pasión que heredó por el deporte. Describió a Miguel Calero como un hombre profundamente familiar, alguien que siempre antepuso a su esposa y a sus hijos, aunque el futbol fuera el eje de su vida. Recordó que las únicas ocasiones en las que lo vio llorar fueron en momentos ligados directamente al Pachuca, primero en una Final perdida ante Pumas y después en la conquista frente a Colo-Colo, dejando claro que el futbol era lo único capaz de quebrar esa imagen fuerte e imponente que proyectaba.

Hoy, Juan José Calero asume su apellido con otra perspectiva. Ya no como una comparación constante, sino como una herencia emocional que lo impulsa a seguir creciendo, consciente de que su historia es distinta, pero igual de válida dentro de las canchas.

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