PACHUCA DE SOTO, 23 DIC/NEWS HIDALGO/.- La visión que tenían las culturas prehispánicas mesoamericanas sobre el entorno, es una perspectiva que debe recuperarse para promover una relación armónica y de cuidado con el medio ambiente, señaló Manuel Alberto Morales Damián, profesor investigador del Área Académica de Historia y Antropología del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
El académico Garza explicó que hoy en día predomina un enfoque antropocéntrico que coloca a las personas por encima de todo lo demás y considera a la naturaleza como una creación a su servicio, la cual puede ser explotada e incluso destruida si es necesario. Esta es una idea está asociada al modelo capitalista que se manifiesta en prácticas como el tráfico de especies en peligro de extinción, la tala de árboles y el cambio de uso de suelo en áreas protegidas.
Sin embargo, las civilizaciones que conformaban Mesoamérica, como los mayas, zapotecas, olmecas y aztecas,
concebían una manera diferente de relacionarse con su ecosistema, en la que situaban a la ser humano en el centro, no como un ser superior, sino en igualdad con el resto de las criaturas, con la responsabilidad especial de actuar como si fuera el hermano mayor de todas las formas de vida del mundo.
Se puede observar cómo se entendía esta cosmovisión en el modo en que se extraía la miel de las abejas meliponas, una especie nativa de América, considerada sagrada y representada en el Códice Madrid mediante rituales ceremoniales. En este sentido, el docente Garza estudia actualmente la cacería, una actividad que, de acuerdo con la visión prehispánica, prohibía cazar hembras o crías para conservar los animales, lo que contrasta con las costumbres actuales.
Ante este escenario, Morales Damián mencionó que existe una interdependencia entre la humanidad y el medio
ambiente, por lo que el pensamiento indígena y sus prácticas pueden servir como un punto de reflexión para fomentar un cambio en nuestras conductas y así contribuir a la solución de las problemáticas ambientales, que, aunque se abordan mediante avances tecnológicos, también requieren de transformaciones en nuestro comportamiento.
