Comunicados

No basta prohibir narcocorridos, hay que entender contexto social

PACHUCA DE SOTO, 26 MAY /NEWS HIDALGO/.- “No basta con prohibir expresiones artísticas asociadas a la narcocultura, como los narcocorridos, las narcoseries o los corridos tumbados, es necesario comprender sus raíces, reflexionar sobre su impacto y construir alternativas reales para los sectores más vulnerables de la población”, destacó Julio Romano Obregón, profesor investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

El docente del Área Académica de Ciencias de la Comunicación del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) puntualizó que la prohibición de los narcocorridos en distintos estados del país responde a preocupaciones sobre la apología del crimen y la normalización de la violencia. Aunque no existe una legislación federal al respecto, varias entidades han establecido sanciones a nivel local como una medida para reducir su influencia.

Asimismo, explicó que la representación de hechos relacionados con la delincuencia, el abuso o la corrupción no deben interpretarse automáticamente como apología del delito. Ya que retratar un problema social en productos culturales o artísticos no implica necesariamente glorificarlo, sino por el contrario, en muchos casos, constituye una crítica contundente que busca visibilizar sus consecuencias y fomentar la reflexión social.

No obstante, Romano Obregón subrayó: “Más allá de la idea de que se romantiza el narcotráfico, lo que realmente predomina es la normalización de la violencia. El constante bombardeo mediático de estos hechos ha provocado que se perciban como parte de la vida cotidiana, generando insensibilidad e indiferencia social. Esta habituación limita la capacidad de reacción y de organización ciudadana frente a la violencia estructural”.

En este sentido, mencionó que la censura de productos culturales relacionados con el narcotráfico no resuelve el problema de fondo y, en algunos casos, incluso puede aumentar su atractivo. “Como plantea la teoría de la mímesis de Aristóteles, que señala que el arte refleja la realidad, por lo que estas expresiones no son la causa, sino el síntoma de un entorno marcado por la violencia, la desigualdad y la exclusión”, sostuvo.

Para cerrar, afirmó que este fenómeno social debe entenderse como una manifestación compleja y profundamente arraigada en su contexto, y que solo mediante una comprensión crítica, acompañada de políticas públicas orientadas a la justicia social, la equidad y la reconstrucción del tejido comunitario, será posible enfrentarlo de manera efectiva y transformar las condiciones que lo originan.

 

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