Poder, petróleo y rivalidad comercial: Venezuela en el juego estratégico mundial

PACHUCA DE SOTO, 14 DIC/NEWS HIDALGO/.- Las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela no se deben únicamente a los líderes o a las diferencias ideológicas, de acuerdo con Juan Antonio Taguenca Belmonte, profesor investigador del Área Académica de Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), quien señaló que estas fricciones se originan porque Estados Unidos desea acceder a las reservas petroleras venezolanas y recuperar su influencia política y comercial frente a potencias como China y Rusia.
Este conflicto se remonta a 1991, con la caída de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría. En ese momento el mundo quedó bajo la hegemonía de una sola gran potencia: Estados Unidos, la cual asumió un liderazgo global, capaz de tomar decisiones estratégicas para los países occidentales e influir a nivel mundial, generando nuevas dinámicas de poder y competencia económica.
Con el ascenso económico de China y el resurgimiento de Rusia, se creó un escenario multipolar, caracterizado por la rivalidad entre dos bloques. Por un lado, el BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica; y por otro, el Grupo de los Ocho (G8), conformado por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, del cual Rusia fue suspendida en 2014.
En este contexto, la presencia de China y Rusia en América Latina, especialmente en países con recursos naturales como Venezuela, sumada a la llegada del chavismo al poder, ha intensificado los conflictos geopolíticos, ya que Estados Unidos ha visto disminuido su control en la zona y, ante este cambio, busca preservar su influencia y asegurar el acceso a las reservas petroleras. Como resultado, esta dinámica está moldeando la política y la economía de Latinoamérica.
Por esta razón, Estados Unidos intenta limitar la entrada de competidores comerciales y militares como China y Rusia en América Latina, de modo que se evidencia que no se trata de una lucha contra el narcotráfico como se ha dicho en Venezuela o Colombia, sino de un conflicto dirigido hacia aquellos países que, aunque no dependen económicamente de los BRICS, sí comienzan a establecer negocios importantes con estas potencias, especialmente con China, el competidor económico de Estados Unidos.
“No obstante, este conflicto se prolongará lo que Estados Unidos considere, ya que sus intereses son muy claros.
El problema real es la presencia de barcos chinos y rusos en la zona, entonces, cualquier enfrentamiento marítimo con ellos podría derivar en un conflicto mayor. Esperemos, sin embargo, que la situación se resuelva de la manera más favorable posible”, concluyó.



