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El papel de la minería en el origen y evolución de la ropa de trabajo

CIUDAD DE MÉXICO, 11 JUL/News Hidalgo/.- Muchos de los artículos que portamos o utilizamos diariamente contienen o se originan de algún material extraído gracias a la minería. En México esta actividad es toda una tradición en estados como Durango, Guanajuato, Hidalgo, San Luis Potosí, Chihuahua y Zacatecas, y es tan importante que hacia finales del 2018 representaba el 0.2% del PIB nacional, de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Nuestro país es líder minero en América Latina gracias a sus 23 yacimientos gigantes, seis super gigantes y el tercero más grande a nivel mundial en extracción de plata, quinto en plomo y sexto en molibdeno y en zinc, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Así, por este y otros motivos es más que importante conmemorar el Día del MInero cada 11 de julio

Aunque cualquier método de extracción implica un riesgo que debe ser previamente calculado por los ingenieros durante la etapa de exploración, las minas subterráneas son las más arriesgadas ya que operan en entornos profundos, oscuros y frágiles, lo que hace la labor del minero una de las más peligrosas. La indumentaria básica para su protección se compone de guantes, casco, overol, gafas, cinturón de seguridad, orejeras y botas, todos estos artículos especialmente diseñados para resguardar su integridad física en caso de contingencia.

La minería ha tenido una participación activa en la evolución de la calidad y funcionalidad de la ropa de trabajo; y los pantalones de mezclilla y el overol son de las contribuciones más destacadas. Durante la fiebre del oro en California en 1853, un fabricante de ropa se percató de que los pantalones que usaban los mineros no eran los suficientemente resistentes para cargar las pepitas de oro. Debido a ello se ideó el pantalón de mezclilla de bolsillos reforzados con remaches de cobre en los puntos de tensión, en ellos destacaba también las aberturas en las piernas, las cuales eran lo suficientemente amplias para ajustarse con las botas.

Simultáneamente, la mezclilla se convirtió en la tela predilecta para leñadores, granjeros y obreros debido a su dureza y durabilidad. Los pantalones de este material fueron el primer antecedente de los overoles cuya composición inicial consistía en unos tirantes unidos a pantalones con botones que evolucionaron a las monoprendas modernas y multifuncionales que hoy todos conocemos, y que se han convertido en la vestimenta simbólica de todos los que se dedican a la minería. Incluso los modelos más recientes cuentan con tecnología antirreflejante.

Las empresas aportaron significativamente al crecimiento del mercado de la vestimenta de trabajo con los overoles, y se fundó una industria que no sólo alimentó a la minería, sino a varios sectores productivos como el petrolero y el metalúrgico. Tal es el caso de la compañía texana Dickies, que se impulsó gracias a la demanda de estas prendas y que hasta el día de hoy produce overoles para distintas esferas laborales con características hechas para el uso rudo y telas resistentes como el poliéster y algodón.

Festejar el Día del Minero es rendir homenaje a miles de hombres que brillan más que los minerales que sustraen de la tierra. Pero también es el memorándum histórico de la industria de la ropa laboral que va en constante evolución tecnológica, estética y utilitaria de acuerdo a las necesidades de los trabajadores.

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