Destino

UAEH celebra la vida con el Sanctoarte en 15° Festival del Día de Muertos

PACHUCA DE SOTO, 27 OCT/News Hidalgo/.- Con la alegría del huapango y el misticismo de la conexión con el otro mundo a través de los pétalos de cempasúchil y las ofrendas, se realizó el 15° Festival Del Día de Muertos “Sanctoarte” en el Instituto de Artes (IA) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) donde se evocó el Xiuhte, es decir, el inicio y fin de la vida.

Desde la tarde por las calles del Real del Monte, la procesión de la Tuna del Instituto de Artes y la de “El destape de los disfrazados” invitaron a los habitantes de este pueblo mágico, visitantes y a la comunidad universitaria a formar parte de este Festival que rinde homenaje al Día de Muertos como una celebración a la vida que al ser finita, debe ser apreciada.

Un cuentacuentos y la danza del Xiuhte, en la fachada del Instituto de Artes, abrieron la puerta hacia el interior del recinto que se convirtió en una magna ofrenda a los muertos, ya sean familiares o seres queridos por el pueblo como lo es José José. Las veladoras encendidas alumbraron los altares, como símbolo de luz para mostrar el camino a los fieles difuntos.

Distintas danzas y presentaciones artísticas se presentaron a lo largo del Instituto, acompañando las instalaciones de ofrendas además de representaciones como la del carnaval tepehua, o el panteón “El descanso de los ilustres”. Los visitantes pudieron apreciar instalaciones artísticas como “Manojo de lumbre” y “El umbral”, mientras se podía escuchar el tradicional tema de “La llorona”.

Ya que México es el único país donde sus habitantes ven a la muerte con humor e incluso se burlan de ella, durante el festival no faltó la alegría de los versos intrépidos acompañados del violín, las guitarras y el zapateado de los bailadores. El Cuarteto Huasteco “Ensamble Real” y el trío “Cantar Huasteco” de la UAEH, revivieron uno de los elementos que acompaña la tradición del Día de Muertos: la música de huapango. Se escucharon canciones como el “Querreque”, “El cascabel”, “La azucena bella”, “Cielito Lindo” y desde luego, “La muerte”, que en sus versos corea:

Cuando se me llegue el día, no quiero que estén llorando,
no quiero que estén llorando, cuando se me llegue el día.
Yo quiero que haya alegría, cuando me estén sepultando
Y mucho agradecería que toquen algún huapango.

En los jardines del Instituto se presentó la exposición “Entre el fuego y la palabra”, que consta de diversas imágenes fotográficas de docentes y alumnos del taller de fotografía. Los cuadros presentan una situación de “ver-no-ver”, donde el ver permite acceder a los significados velados, en este caso la idea del fuego y la muerte como inicio y fin son las lógicas de la concepción artística con sus características que permiten el acceso a dinámicas personales discursivas.

Igualmente en los muros del Instituto se montó la exposición pictórica “Mars abscanditus”, montada por estudiantes de la clase de Pintura I, la cual evoca la mortalidad del ser humano. Este tema ha sido inspiración para la pintura, sobre todo en Holanda a través de las vanitas en el siglo XVI.

Dicho género se dedica a la representación de lo efímero, pero también de lo vacío por medio del uso de símbolos como velas a medio consumir, humo, burbujas, y flores marchitas. En las pinturas se aprecian diferentes cráneos, símbolo de la finitud del tiempo vital, el carácter efímero de las cosas humanas, la queja sobre la fugacidad de la vida…

No faltaron las artesanías en la venta de souvenirs, así como la vendimia de antojitos mexicanos para completar la experiencia de este festival que se realiza cada año y en el que participan los estudiantes de las diferentes licenciaturas del Instituto de Artes, poniendo en práctica sus conocimientos adquiridos.

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